EL HOMBRE TREN, CUMPLE AÑOS

Ahí lo veo venir por la derecha en modo tractor; qué digo un tractor, como un tren. Si el Mitre va de Retiro a Tigre, éste tipo gasta el césped, uniendo área con área mil veces por partido.

“Marangoni, Bochini y Burruchaga son buenísimos; pero que paren al cuatro”, me dice mi viejo una y otra vez; “hay que tirarle al Uruguayo por izquierda, para que no se nos venga tanto”.

Que le tiren con la terminal de Montevideo; pero que lo frenen de una vez, pienso. Las medias bajas apenas le cubren las canilleras; el pantaloncito azul brillante bien corto con el cuatro en blanco; y la Topper ajustada con cuello en V. Los cuádriceps tallados y los rulos oscuros, una mezcla de Carlos Monzón y Brian May, completan la imagen.

Junto con Diego, va a ser el mejor futbolista de Argentina en la eliminatoria para el Mundial de México 86. Un Mundial donde apenas va a jugar un partido, el del debut frente a Corea del Sur; después el Doctor metió mano en el once y se quedó sin el lugar que se había ganado a fuerza de fútbol, determinación y humildad a destajo. Debutó en el Rojo a los diecisiete años, en 1980. Venía de Racing de Villada, su pueblo inicial. No va a ser el único Racing en su vida, en el 94 se dio el lujo de cruzar la calle y ponerse la blanca y celeste un año. Volvió y la gente de Independiente lo recibió como si nada, en ese 95 fue campeón de la Supercopa Sudamericana y escuchó los aplausos habituales, esos que lo acompañaron durante 260 partidos, donde llenó el botinero con un Metro en el 83, Libertadores e Intercontinental en el 84, más el torneo de la temporada 88/89.

No le quedó lugar en Avellaneda para jugar, le faltó únicamente defender los colores del hipermercado de nombre inglés de la calle Güemes. Para completar el trío de clubes del sur, se calzó también la de Arsenal, un puñado de partidos; y ahí terminó con sus días de futbolista profesional.

Hace años vive y dirige en Bolivia, pasó por varios clubes. Un par de veces se pudrió de no poder ganar y renunció en los entretiempos. Duchazo y a la casa, que los jugadores se arreglen solos, ya fue. También lo hizo en el Sion suizo, ¿estaría apurado por ir a Los Alpes a tomar un chocolate con churros?

Durante muchos partidos, desde la tribuna o frente al TV, yo también esperé que no salga al segundo tiempo; pero la porra renegrida asomaba por el túnel y él volvía arrollador por el carril derecho…

-¿Cómo lo paramos viejo?
-Con una carabina, hijo…
Por si hace falta, únicamente por si hace falta: Néstor Rolando Clausen; El Negro
Clausen; el Hombre Tren.
Feliz cumpleaños, Néstor querido.

Por Sebastián Muape – Periodista Deportivo / Escritor – sebasmuape@gmail.com

Néstor Clausen nació el 29 de septiembre de 1962 en el sur de la provincia de Santa Fe. Está
cumpliendo 62 años.
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